Entrevista: Dee Gordon

Tiene un físico que no impresiona, y es un tipo en extremo reservado, de muy pocas palabras, pero dentro del terreno de juego la aportación de Dee Gordon hasta el momento en la Isla ha sido 'gigantesca'.

En sus primeros nueve desafíos, el veloz torpedero de los Gigantes de Carolina en el béisbol invernal boricua ha comenzado con el bate ardiente, acumulando promedio de .474 con 18 imparables en 38 turnos, aunque ha fallado en las nueve presentaciones durante sus pasados dos partidos jugados.

Nada mal para un pelotero de sólo 22 años de edad y 150 libras de peso en un cuerpo de estatura oficial de 5'11 que hasta parece un poco menos, y con apenas tres temporadas de experiencia profesional en el sistema de Liga Menor de los Dodgers de Los Ángeles, donde este verano bateó .277 con Charlotte en clasificación Doble A. Es. además, hijo del ex relevista de Grandes Ligas, Tom Gordon.

“Es bueno (estar activo en la liga invernal). Me estoy divirtiendo. Estamos ganando y hasta ahora todo va muy bien”, dijo Gordon a El Nuevo Día. “No ha sido nada especial. Sólo estoy trabajando duro, como siempre hago, y espero seguir haciendo cualquier cosa posible para ayudar al equipo a ganar... es lo único que me importa”, agregó.

Reconoció, sin embargo, que llegó con una encomienda de desarrollo personal muy definida. “Vine a trabajar en todos los aspectos de mi juego, en especial la defensa y el promedio de llegar a base, que es muy bueno hasta el momento. Más que nada estoy enfatizando en eso”, subrayó Gordon, cuyo estilo de juego está basado en la velocidad, no de fuerza. “Es sólo un asunto de poner la bola en juego, y ver lo que pasa”, añadió. Y los números lo respaldan. Entre sus 18 incogibles, sólo hay tres extrabases, con par de dobles y un triple abridor de la alineación carolinense.

Ya tiene 10 carreras anotadas y cinco bases robadas en ocho intentos. Se ha embasado en la mitad de sus apariciones ofensivas (.500), incluyendo un boleto gratis, y lleva cuatro carreras empujadas, aunque ha tenido problemas en la defensa, con cuatro errores cometidos.