domingo, 4 de enero de 2009

Gigantesca debacle


Alex Rafael Román/primera hora
Carolina - Horas después de quedar oficialmente fuera de contienda y de ver finalizado su bicampeonato nacional, los Gigantes de Carolina miraban ayer con resignación el fin de su desafortunada campaña en el béisbol invernal boricua, y se perfilaban rumbo a un futuro de grandes cambios.

“Esto no se esperaba, pero a veces está para uno y a veces no está. Este año no se dieron las cosas para nosotros, pero estoy contento por la forma que los muchachos trabajaron y se esforzaron. No hay nada negativo hacia ellos. Todo es positivo. Me ayudaron muchísimo, y si hay que buscar una falta, como siempre todo cae en el que dirige”, dijo ayer en tono resignado el dirigente de los sotaneros Gigantes, José “Cheíto’’ Oquendo, a El Nuevo Día.

Y aparte de asumir la responsabilidad por la debacle gigante, Oquendo reconoció que los hechos y las estadísticas ofrecen razones adicionales para la caída de la novena carolinense, que estuvo más de la mitad del torneo en el sótano, fallando estrepitosamente en el intento por ganar un tercer título invernal consecutivo.

“No pudimos confeccionar el conjunto desde el primer día. Esperamos muy tarde para armar el equipo, especialmente en el pitcheo. Contábamos con unos muchachos desde el principio, que no estuvieron, y lo que conseguimos (en reemplazo) no fue lo que esperábamos”, afirmó Oquendo previo a la visita de los Criollos de Caguas al Estadio Roberto Clemente Walker de Carolina.

A la ofensiva, sólo el jardinero importado Eddy Martínez (.331) y los ‘infielders’ nativos Iván de Jesús, hijo (.309) y Rubén Gotay (.292) tuvieron actuaciones sobresalientes. El estelar Yadier Molina apenas bateó para .190 y Bernie Williams, quien sólo dio un hit en siete turnos, se integró demasiado tarde y terminó lesionado.

Pedro Valdés (.205), Armando Ríos (.232) y Luis Daniel Figueroa (.235) tampoco aportaron demasiado, y los refuerzos Tommy Everidge y Bryan Anderson fueron despedidos temprano por limitada productividad. Salvo Josué Matos (5-2, 2.89) y Bobby Cramer (1-1, 1.64), junto a los relevistas Iván Maldonado (1-0, 1.40) y Steve Bray (1-1, 1.62), el cuerpo monticular en términos generales también fue un desastre.

José “Iche’’ Santiago (0-3, 5.63) y el zurdo William Collazo (0-4, 7.26) entraron a mediados de campaña, sin resultados positivos, y Oquendo confesó que “no son los mismos lanzadores del pasado, pero dieron el 100% que tenían. El esfuerzo siempre estuvo ahí”. Los jugadores de Carolina también lucían desconcertados.

“Lo que falló fue todo. Se gana como equipo y se pierde como equipo. La ofensiva y el pitcheo nunca estuvieron a la par”, opinó Gotay, y De Jesús, hijo, destacó que “talento había, teníamos deseo, pero las cosas no salieron como queríamos. No tuvimos suerte”.

Matos, a su vez, confesó que “nunca cuajamos como equipo. No tuvimos nada de eso constantemente, ni bateo ni pitcheo. Es algo que no esperábamos, pero así salieron las cosas”.

Ahora, los Gigantes sólo pueden conformarse con mirar hacia el futuro. “Siempre estoy dispuesto a regresar, especialmente aquí a Carolina, pero esa parte no es una decisión mía. Ahora eso depende de la gerencia y de los jugadores”, subrayó Oquendo, y el administrador de los Gigantes, Enrique “Quique’ Cruz, puntualizó que “tienen que haber cambios. Ante un equipo que terminó en último lugar, sería absurdo no hacer ningún tipo de cambio”, aunque no anticipó movidas específicas.

“Lo vamos a analizar todo, y todo va a ir a través de su proceso”, agregó. Admitió, incluso, que “no hay otra palabra para esto que decepcionante... el equipo cayó en un hoyo negro del que nunca pudo salir”.

No hay comentarios: