Sigue el dominio quisqueyano.
El bateador emergente Erick Almonte conectó un crucial sencillo impulsador de dos carreras en la octava entrada y los Gigantes del Cibao se alzaron anoche con un triunfo 4-2 sobre los Gigantes de Carolina ante cerca de 3,000 fieles en el estadio Roberto Clemente Walker para colocar la serie interliga a 5-2 a favor de los equipos dominicanos.
El partido estaba empatado entrando a la octava entrada con el relevista Geno Espineli en el montículo por Carolina, pero éste le permitió doblete a Alexis Casillas para abrir el episodio y embasó a Ramón Santiago con pelotazo para que el equipo dominicano amenazara con anotar.
Carolina entonces optó por traer a juego a su más efectivo relevista, el importado Jerome Williams, pero el estadounidense no pudo hacer el trabajo tras ceder base por bolas a Wilson Betemil para llenar las almohadillas. Luego permitió batazo de línea por el jardín central a Almonte que decidió el partido.
El equipo dominicano dominó el pizarrón casi todo el partido, aunque Carolina logró colocar corredores en las esquinas en el primer y en el tercer episodio, pero sin producir anotaciones.
El Cibao consiguió su primera carrera en la cuarta entrada con jonrón solitario de Santiago, que desapareció la pelota por el jardín derecho ante el abridor Rick VandenHurk. Luego consiguió su segunda anotación en la quinta gracias a triple de Juan Francisco seguido de doblete impulsador de Michael Barrett.
Pero Carolina reaccionó en la sexta entrada con sencillo impulsador de Pedro Valdés que trajo a Kevin Frandsen desde la intermedia y puso a los fieles locales a brincar en la gradas.
Poco después, en el séptimo episodio, Carolina niveló las hostilidades, 2-2, con bombos de sacrificio consecutivos por parte de Valdés y de Nate Schierholtz, que trajeron otra anotación de Frandsen.
Pero el Cibao respondió bajo presión en la octava y cargó con el triunfo, conducido de la mano de Almonte y del efectivo trabajo del relevista Joel Peralta, quien se apuntó la victoria.
Darío Vera entonces se encargó de cerrar la novena entrada para obtener el salvamento y adjudicarle a Espineli la derrota.
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